Cuentan que la esta ginebra se creó con la idea de ser una medicina que curaría "una tercera parte de todos los males". En 1658 Frank de la Boè empezó a experimentar con diferentes botánicos en un proceso en que los mezclaba con el vapor del aguardiente de grano. Dicho proceso se patentó y se convirtió en la receta "de la Boè". El resultado es una ginebra pura y ligeramente amarga (notas muy evidentes de almendra amarga y canela). Es ligera pero con carácter. Se nota el enebro, la pimienta y los botánicos más evidentes que poco a poco dejan paso a la nueces y almendras.