El valor de Mamajuana Canamú se intuye desde un primer vistazo. Su color ámbar destella como si de oro líquido se tratara, transmitiendo la sensación de estar al borde de degustar un producto ancestral. Tras superar la barrera visual, entra en escena el olfato. Una oleada de miel sube por las fosas nasales y se apodera de todo el cuerpo, que ansioso, se lanza a probar un líquido que en boca confirma el intenso sabor a miel aderezado con las raíces y hojas que intervienen en la elaboración del ron.